lunes, febrero 15

El día en que el Thunderbird creció algo sucedió...

El 13 de febrero de 1958 hoy luce anónimo para la industria automotriz y los expertos, pero ese día apareció un auto realmente influyente en la industria estadounidense: el Ford Thunderbird de cuatro asientos. Un cambio trascendental en la industria automotriz.



En 1958 dos fenómenos de mercado sacudieron a la industria
automotriz norteamericana: uno fue el de los carros compactos, 
el otro fue el Thunderbird de cuatro plazas.
El “square bird” (o pájaro cuadrado), generó un cambio de actitud en un delicado momento de transición para una industria fustigada por hacer carros cada vez más bajos, anchos, caros, largos y aparentes.  El año 1958 fue recesivo debido a la coyuntura económica nacional, pero muchos lo atribuyeron a las exageraciones de diseño y clamaban volver a la sensatez.  

Cuando todas las marcas hablaban de mantener o reducir el tamaño de sus carros, el Thunderbird pasó de ser un biplaza mediano sobre el chasis Ford estándar, a ser un enorme coupé con tren de mando Lincoln, armado por Lincoln, con cuatro asientos y estructura unitaria. 
Increíblemente, mientras la industria sufría la recesión, las ventas del Thunderbird pasaron de 21.000 en 1957 a 38.000 en 1958.  La cifra volvió a duplicarse en 1959 (63.000) y llegó a 91.000 en 1960.
Elwood Engel, Director de Diseño de Ford, atribuyó el éxito al lujo y al estilo, afirmando que era la demostración de que un carro de lujo - si estaba bien diseñado - no debía ser tan grande como proponían los Lincoln, Imperial y Cadillac.  Sin embargo el diseñador subrayó que el Thunderbird no era pequeño, ni barato. 
Muchas características de diseño fueron extrapoladas del suntuoso Continental Mark II, desaparecido un año antes.  Otras, como los faros dobles, eran tendencias de la época.  Ford usó el techo del Thunderbird en su nuevo tope de gama regular en 1959, el Galaxie y aplicó muchas características a la serie estándar, ganando premios de diseño.
El Thunderbird 1958 además de imponer propuestas menos estrambóticas y voluminosas, dará forma a un nuevo tipo de carro, el “coupé personal”, que será la gran apetencia del automovilista en la década de 1960, desplazando al descapotable. 
Los Pontiac Grand Prix, Buick Riviera, Oldsmobile Toronado, Oldsmobile Starfire y Chrysler 300 “letter series” serán respuestas al fenómeno del Thunderbird, que en 1964 fue aplicado por Lee Iacocca al formato compacto del exitoso Falcon.  El resultado, el Mustang, fue un impacto comercial e ideológico.
En 1967 el Thunderbird recibió una versión de cuatro puertas y un año más tarde Lincoln derivó sobre esa base el Continental Mark III.  En 1977 Ford aplicó el emblema al producto que hasta entonces llamaba Gran Torino Elite, logrando un éxito ruidoso: casi un millón de unidades entre 1977 y 1979. 
En 1980 el Thunderbird pasó a usar la plataforma unitaria compacta Fox, pero las ventas fueron pésimas, optándose en 1983 por crear un GT europeo de tipo americano.  Eso mantuvo vivo al emblema hasta 1997 y Ford intentó resucitar el concepto original en 2001, aunque las ventas (como las de 1955) no fueron deslumbrantes.
El “square bird” fue un producto de importación muy vendido en Venezuela, pese a lo cual sobreviven pocas unidades.  En EEUU un superviviente en condiciones originales puede cotizar hasta 40.000 dólares, pero el precio se resiente rápidamente en la medida en que haya daños y alteraciones.  Hoy es difícil pensar cuán trascendente fue en su momento y cuantas pautas impuso a la industria.

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