jueves, julio 27

Hace diez años explotó la 'guerra civil' en McLaren



  • En la víspera del Gran Premio de Hungría, que este año será la undécima fecha del Campeonato del Mundo 2017 de Fórmula 1, varios especialistas han querido recordar especialmente la edición 2007 de esta competencia, en vista que allí la situación de tensión entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton dentro del equipo McLaren hizo explosión, involucrando al dueño del equipo, Ron Dennis.
    La “pelea de niños” entre Hamilton y Alonso puso en jaque
    a un equipo que se había hecho grande al saber manejar a
    gente como Niki Lauda, Alain Prost o Ayrton Senna, cuyos
    talentos eran tan grandes como sus egos.


  • Al llegar al GP de Hungría, estaba claro que un debutante, Lewis Hamilton, estaba dominando a un bicampeón como Fernando Alonso con una facilidad cada vez más insultante, lo cual incomodaba cada vez más al español y a los auspiciantes (la empresa de telefonía Vodafone y el Banco de Santander) que pagaron por ponerle en McLaren, convencidos de que ganaría el título con facilidad.
    Alonso había venido a McLaren a ganar el título y tenía la imperiosa necesidad de callar a quienes insistían en que sus títulos previos habían llegado más por consecuencia de una coyuntura particular, por las artes técnicas de Renault y por las manipulaciones políticas y comerciales de su manager Flavio Briatore que por méritos propios.  
    Ese año la superioridad de McLaren era tal, que los expertos aseguraban que Alonso no tendría problemas en ganar el título con absoluta facilidad si mostraba tan solo una fracción del talento que le atribuían los medios de habla hispana. A pesar de eso estaba perdiendo con un debutante ¡y por paliza!.
    Desde que llegó a McLaren, Alonso fue claramente incapaz de equiparar a igualdad de máquina el rendimiento de Hamilton, usando ambos el set up básico de McLaren. Había que hacer la diferencia en la puesta a punto del carro y en el área técnica. Y aquí Alonso dio una clara muestra de su genialidad aplicando los ajustes de Ferrari a su McLaren. Algo que tiene el mismo resultado que intentar colocar a un Ford Fiesta la puerta de un Peugeot 207 por el simple hecho de que ambos tienen potencias parecidas, dimensiones similares y carrocerías del mismo aspecto.
    En Hungría, Alonso entendió que la única manera de imponerse a Hamilton era entorpeciéndolo.  Lo hizo en el box de Hungaroring con la clara intención de apartar al británico de la pole position.  Lo logró… ¡pero fue descubierto y en consecuencia sancionado!. 
    Pero al hacer tan burda maniobra, abrió la tapa de las esencias del carácter de Hamilton, que decidió hacerle la guerra y presentarse como un candidato al título porque, después de todo, era el líder del Campeonato en ese momento.
    Luego Alonso tuvo una idea mejor.  Emplazar a Ron Dennis, el dueño del equipo, instándolo a manipular técnicamente el carro de Hamilton para que éste no ganara el título. Alonso se creía merecedor de tal privilegio por ser el bicampeón en título y por haber llevado al equipo dos millonarios patrocinadores, pero Dennis declinó la imposición y respondió que todo debía decidirse en pista.  
    La negativa de Dennis llevó a Alonso a intentar imponer una posición mucho más audaz: la extorsión.  
    Si Ron Dennis no accedía a sus deseos, Alonso revelaría a la Federación Internacional del Automóvil (FIA, por sus siglas en francés) todos los antecedentes del episodio de espionaje a Ferrari, que él mismo inició. Dennis tampoco cedió y entonces Alonso acudió a la FIA dispuesto a confesar  a cambio de inmunidad deportiva. Como los narcotraficantes.  
    La confesión de Alonso le costó a McLaren un millón de dólares de multa, la pérdida de ambos títulos y la ruptura de su sociedad con Mercedes-Benz. Un golpe mortal que marcó el inicio de la veloz decadencia del equipo y del grupo técnico al cual pertenece, hasta llegar a los niveles actuales en los que la puntilla parece representarla justamente la reconciliación de Alonso con Dennis, quien se quedó esperando en vano que el retorno del español al equipo volviera a traer patrocinadores como los de antes, que ayudaran a saldar la crisis creada por él mismo hace diez años.
    Todo eso comenzó en Hungría 2007. Desde entonces Hamilton ha ganado tres títulos, ha perdido dos y está buscando el cuarto.  Alonso, entre tanto, solo ganó una decena y media más de carreras, mientras pudo seguir aportando auspicios españoles. Ya tiene cuatro años sin ganar...


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