viernes, febrero 12

El 108º aniversario de la vuelta al mundo en auto

La famosa e histórica carrera de Nueva York a París.
  • Hace un siglo, en los albores del automóvil, las carreras de larga distancia eran el mejor modo de demostrar las cualidades y resistencias de los incipientes vehículos automotores.  Las carreras siempre generaban interés e inspiraban retos cada vez mayores.
    Dos periódicos, ‘The New York Times’, de EE.UU, y ‘The Matin’, de Francia, se preguntaron quién podría dar la vuelta al mundo en auto y, de ser posible, cuánto tiempo necesitaría.  La duda generó una propuesta de carrera cuyos participantes viajarían desde Nueva York a París en sentido anti-horario, es decir, subirían a Alaska, cruzarían el estrecho hasta Siberia, bajarían a Japón, tomarían rumbo a Rusia y recorrerían Eurasia para entrar a Europa Occidental y llegar a la Torre Eiffel.
    Siete equipos se atrevieron a enfrentar el reto, incluyendo la inscripción de última hora de la marca Thomas Flyer, que fue el único representante norteamericano y participó con un Thomas 35 fabricado en 1907 de estricta serie, excepto que se le instaló un tanque más grande, un soporte para trasladar varias ruedas de repuesto, una caja con herramientas y guardafangos que pudieran ser usados como rampas para superar zonas fangosas.  El carro pesaba dos toneladas, tenía un motor de cuatro cilindros con 70 HP enfriado por agua, caja de tres velocidades y frenos de zapata.
    El 12 de febrero de 1908 (hace ciento ocho años) se agruparon 250.000 personas en Nueva York, a fin de ver arrancar la caravana de siete carros en representación de EE.UU (Thomas), Italia (Zust), Francia (Motoblock, De Dion y Sizaire) y Alemania (dos unidades Proteus).
    La caravana llegó a San Francisco con el Thomas al frente y fue embarcada hasta Alaska, pero las condiciones resultaron inadmisibles y en vez de cruzar el polo helado hasta Siberia, se decidió fletar otro carguero para trasladar los autos a Japón.  
    El Thomas Flyer completó en 169 días el recorrido de 35.000 kilómetros luego de múltiples inconvenientes creados por la falta de carreteras, las barreras culturales e idiomáticas, las averías y el clima.  
    Los americanos, empero, no fueron los primeros en llegar a París.  Uno de los Proteus alemanes lo había logrado varios días antes, pero fue sancionado por recurrir a trenes de carga en varias ocasiones, desviándose de la ruta original.   Los americanos precedieron en 26 días al otro Proteus de origen alemán.  En total seis de los siete equipos cubrieron la distancia.  Hasta hoy nadie ha logrado cubrir esa ruta en ese tiempo.
    Tras la hazaña, ‘The New York Times’ devolvió el carro a Thomas Flyer, que lo vendió a la empresa Empire Smelting hacia 1916.  Luego éste cambió de manos varias veces hasta que fue adquirido en 1961 por el coleccionista William Bill Harrah, que entró en contacto con el único miembro de su tripulación que aún vivía a fin de restaurarlo con el mayor rigor posible. 
    Por increíble que parezca, el carro aún funciona, pertenece al National Motor Museum (que compró la colección Harrah al fallecer éste) y suele ser uno de los invitados de honor a las exhibiciones de clásicos que se realizan anualmente en Pebble Beach y Amelia Island.


    Hace 108 años un carro completó la vuelta al mundo
    en 169 días. El récord todavía existe y el carro también.

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