jueves, octubre 30

Pasaría la prueba el 'GRAN PREMIO DE LOS ESTADOS UNIDOS'?


Han sido muchos los intentos de la Fórmula 1 para volver a Estados Unidos y tener presencia estable en este importante mercado, donde las carreras IndyCar y Nascar son mucho más populares. 

La Fórmula 1 llega a su tercer año en Texas… ahora los
números dirán si el circo logrará establecerse en EE.UU.

El intento más reciente nació en Texas, en una pista creada ex profeso para F-1 y la primera edición en 2012 fue un éxito, al estar en el aire un cerrado duelo por la corona entre Fernando Alonso y Sebastián Vettel. La carrera no mostró ningún enfrentamiento entre estos pilotos, pero fue espectacular gracias a la lucha entre Vettel y Lewis Hamilton por la victoria. La taquilla y el interés fueron muy altos, pero para afirmar que la F-1 logrará reestablecerse en EE.UU., deben mantenerse altos al menos los primeros cinco años y hacer sustentable el evento. 

El tercer “GP de Las Américas 2014”, el próximo fin de semana, no presenta las perspectivas de la edición inaugural pese a la lucha por el cetro entre un piloto de color (Hamilton) y uno blondo, Nico Rosberg. La sombra del accidente de Jules Bianchi es tan discordante como la repentina deserción de Caterham y Marussia, que ofrece 18 carros en pista a un público habituado a treinta o cuarenta carros en acción. Además, los americanos aman las carreras puras, lo cual significa decidir resultados en pista. Empero la alta política de la F-1 siempre intenta asignar resultados con otros mecanismos y los americanos ya en la edición inaugural abuchearon a Ferrari por manipular el carro de Felipe Massa a fin de auto-descalificarlo y que Fernando Alonso subiera un puesto en parrilla. 

Eso de ganar posiciones en box, con pases virtuales y carreras estratégicas no gusta al norteamericano. Quizá tampoco guste el sonido de los motores turbo-híbridos y está el precedente de la edición 2013, donde no entusiasmó ver a Vettel luchando consigo mismo por imponer récord de victorias al hilo y en un año. La baja lamentable de Bianchi dejaba abierta la puerta para que un alemán de ascendiente americano, Alex Rossi, tomara su lugar. Pero eso tampoco ocurrirá a causa de la deserción de Marussia. Y la ausencia de Caterham, por sus graves problemas de subsistencia. 

Los organizadores afirman estar satisfechos con la taquilla, pero será la afluencia de público la que muestre si esta afirmación es cierta o solo diplomática.

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