sábado, agosto 19

Recordando los autos del gran Elvis 40 años después

El 'Rey del Rock' y su afición por los motores siguen muy vivos en el orbe.

Fans de la música y el automóvil de todo el mundo recordaron emotivamente al cantante norteamericano de Elvis Aarón Presley al cumplirse el pasado miércoles 40 años de su fallecimiento en su casa de Memphis, Tennessee, EEUU, el 16 de agosto de 1977.
Elvis Presley solía expresar a través de sus autos su
extravagante y singular sentido estético. En la foto,
recibiendo su Mark II en un concesionario de Miami.
Fue en octubre de 1956..


  • Reconocido por su inmenso talento musical e inagotable carisma, los fans también han admirado el extraordinario gusto del cantante por los autos. Este se manifestó mayormente en su amor por los Cadillac de los años ’50 y ’60, siendo universalmente conocidos el Sedan De Ville rosa 1955 que regaló a su madre, el descapotable Eldorado púrpura o el famoso Cadillac de Oro Puro que encargó a George Barris a inicios de los ’60.  Sin embargo, el gusto de Presley abarcó muchas otras fantásticas máquinas.
    Presley compraba carros constantemente.  Algunos los regalaba a sus amigos y otros eran destinados al garaje al poco tiempo, lo cual no necesariamente significó que fueran descuidados o vendidos. Fue el caso de un Mercedes 280SL y un Ferrari 308GT4 que aún están en la casa del cantante. También fue el caso de un De Tomaso Pantera amarillo, que Presley compró nuevo en 1973 y usó por algunas semanas hasta que una mañana lo encontró con la batería descargada. El cantante descargó su frustración disparando al auto y no volvió a usarlo, pero el carro ni fue vendido, ni dejó de recibir mantenimiento y  hoy se considera uno de los Pantera con menos kilometraje y uso de la historia.
    El carro que Elvis más quiso y mantuvo por más tiempo fue un Continental Mark II de 1956 que le fue entregado en un concesionario en Miami, aprovechando que daba un concierto en esa ciudad y fue uno de los pocos carros que Elvis no hizo modificar en forma alguna, a excepción del forro del techo, que fue tapizado con el mismo cuero que cubría los asientos. El cantante tuvo un afecto particular por este carro, al punto que prohibió usarlo a su entonces novia Priscilla.  A cambio le regaló un descapotable Lincoln Continental Mark V nuevo.
    Tanto quiso y cuidó Elvis su Mark II, que muchos se sintieron sorprendidos cuando inesperadamente ordenó venderlo a un particular unas pocas semanas antes de su muerte. El carro ahora está en la casa del cantante, gracias a un acuerdo especial con su dueño, quien manifestó su deseo de tenerlo en propiedad hasta su muerte y aceptó cederlo en leasing a los herederos de Presley hasta entonces.
    En tiempos recientes causó revuelo la exhibición del BMW 507 que Elvis creyó haber comprado nuevo en Alemania, cuando hacía servicio militar en 1958. El cantante pagó un alto precio, pero en BMW alegaron que fue un leasing y tampoco era un carro nuevo, sino el carro corporativo asignado al piloto Hans Stuck. Hasta hace un par de años el 507 se creía perdido para siempre, pero el año pasado reapareció en la granja de alguien que tras comprarlo lo mantuvo muchos años y se delegó su reconstrucción a BMW Klassik, que lo devolvió a sus especificaciones originales.
    Siempre suele asociarse la imagen de Elvis con la de los autos de marca Cadillac, pero en realidad el cantante solía preferir los Lincoln. En ambos casos, Elvis solía comprarlos por cantidad, pero por lo general solía usar los Cadillac como parte de su imagen y para obsequiarlos, mientras se reservaba los Lincoln para su uso personal, al punto que el último carro que adquirió nuevo fue un Lincoln Continental Mark V de 1977, que le fue entregado pocos días antes de fallecer y luego obsequió inesperadamente a una bailarina. El auto aún existe, pero es de propiedad particular.
    El último auto que manejó Elvis fue un Stutz Blackhawk: uno de varios 'neoclásicos' construidos en EEUU. El auto fue la costosa transformación de un Chevrolet Monte Carlo con una vistosa carrocería diseñada por Virgil Exner y un interior sibarita. Elvis enloqueció al ver el prototipo y aceptó servir de imagen a la naciente firma a cambio de que se lo vendieran, pero finalmente recibió el primer Blackhawk producido en serie a pesar de que ya Stutz se lo había vendido a Frank Sinatra. Acabó recibiendo dos (uno lo destrozó en un accidente y desde entonces se mantuvo guardado en su garaje en Graceland), luego adquirió al menos dos más y manejó uno pocas horas antes de morir, cuando salió de su mansión de madrugada para ir al dentista. La última foto conocida de Elvis en vida fue justamente manejando ese carro.
    Los autos fueron parte del legado cultural que dejó el ídolo del rock y muchos se exhiben en perfecto estado en el museo que hoy es su casa. Entre ellos se encuentra el auto que manejó para visitar al dentista varias horas antes de ser encontrado muerto en su baño privado en la tarde del 16 de agosto.


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