En las últimas semanas llegaron al país representantes de varias marcas de autos chinas que no están radicadas en la Argentina. Vinieron a explorar la situación del mercado y posibilidad de inversiones.
Desde hace tiempo se está hablando en el sector automotor de un tema excluyente: ¿se vienen los chinos? La avanzada de ese país asiático se está dando en todo el mundo y la Argentina no es la excepción.
Si bien en el país ya hay varias marcas que venden sus autos, su presencia es, por ahora, simbólica. La participación de todas estas empresas es muy baja en relación con las ventas totales. No llegan al 1% de las ventas generales.
Distinta es la situación en Brasil, donde ya empiezan las radicaciones industriales y las inversiones son importantes, acordes al tamaño del mercado del país vecino.
De todas formas, en las automotrices tradicionales radicadas en el país -las asociadas en ADEFA- la preocupación existe porque, más temprano que tarde, deberán competir con sus productos. Es razonable esa preocupación porque cada vez hay más indicios de que la Argentina es un objetivo atractivo para las automotrices ese país.
En las últimas semanas, representantes de al menos cinco marcas chinas (de las que hoy no venden en el mercado local) estuvieron de visita en la Argentina.
Vinieron a interiorizarse de los cambios económicos que está impulsando el presidente Javier Milei y conocer de forma directa la situación del mercado.
“Más allá de los que escuchan desde afuera sobre los cambios económicos, como las trabas para importar que había y que ahora se quitaron, quieren ver con su propios ojos la realidad del mercado”, dijo a medios un empresario que tuvo contacto con los directivos de unas de las marcas que estuvo de gira. También estuvieron recorriendo showrooms de marcas competidoras, que ya están comercializando vehículos en el país, para ver las estructuras con las que cuentan.
Según este empresario, las marcas chinas están bastante interesadas en el mercado local, aunque ven un tema con preocupación.
“Lo que no los convence mucho todavía es el tema de la política oficial sobre los autos eléctricos, la falta de incentivos que, en cambio, tienen los países de la región”, agregó el empresario.
Hasta mediados del año pasado, la importación de vehículos híbridos y eléctricos tenía un beneficio arancelario. En lugar de pagar el 35% de arancel extrazona, pagaban sólo 5% y 2% respectivamente.
Esta medida había sido dispuesta durante el gobierno de Mauricio Macri y se renovaba anualmente con un cupo determinado para la cantidad de unidades.
Al vencerse el plazo anual, a mediados de 2023, el entonces ministro Sergio Massa no lo renovó y los autos importados con esta tecnología pasaron a pagar el 35%. Esto implica un recargo impositivo que no permite precios atractivos para el mercado internos.
Actualmente, se está considerando reponer ese beneficio arancelario, pero dentro de una ley de electromovilidad que recién se enviaría al Congreso el año que viene.
“China está con un problema de sobreproducción de autos eléctricos. Son muy fuertes en eso y todas las marcas tienen modelos con esa tecnología. En Europa y Estados Unidos les están aplicando barreras arancelarias y, por ese motivo, están buscando expandirse en otras regiones. Por eso, están con interés ver qué hace la Argentina”, señaló otro empresario que se reunió con una de las delegaciones chinas.
También vieron como factor en contra la escasa infraestructura que hay en el país en materia de cargadores públicos, más teniendo en cuenta el amplio territorio nacional.
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